Escándalo en los ascensos de la Fuerza Aérea: favoritismos, títulos falsos y corrupción en la cúpula
Corrupción con sello militar y judicial: La FAP se hunde entre cartones falsos, pagos en dólares y empresas fantasmas.
El año pasado debió ascender el Coronel FAP Gustavo Sánchez Castro, espada de honor y número uno de su promoción en todos los ascensos. Sin embargo, su legítimo derecho fue desplazado por decisiones cuestionadas del Comandante General Chávez Cateriano, quien promovió a oficiales con antecedentes controvertidos. Entre ellos, al Coronel Echegaray, implicado en denuncias por irregularidades en el rancho cuando comandaba el Grupo Aéreo N.° 7 en Piura, y al Coronel Nilton Guido López, señalado por encubrir la pérdida de un helicóptero durante su gestión en la EFOPI N.° 51 y la opaca compra de los Alarus CH-2000.

La sombra de la corrupción se extiende aún más. Todo indica que Chávez Cateriano pretende repetir la maniobra: bloquear el ascenso de Sánchez Castro y favorecer al Coronel Rondón Llaza, cuya hoja de vida arrastra serias denuncias por haber obtenido títulos de maestría y doctorado falsos, negociados a través de personajes conocidos en la FAP, como Jessica Tapia, quien ofrecía grados académicos “a la carta”. El trasfondo es claro: un sistema viciado en el que se premia la obediencia y la complicidad, mientras se margina al mérito real.Los tentáculos del poder alcanzan también al ámbito judicial. Se denuncia que la esposa del Coronel Bonifaz, funcionaria del Poder Judicial, habría facilitado pagos en dólares a fiscales para archivar investigaciones sensibles, entre ellas el caso de John Pomar, además de blindar a oficiales cuestionados. Esta red de protección es la razón por la que, pese a la pérdida de más de 2,000 ítems de armamento y 15,000 municiones —hechos que han alimentado la inseguridad y el crimen organizado en el país—, nadie de alto rango haya sido pasado al retiro.
Finalmente, fuentes revelan que Chávez Cateriano ya prepara su salida: habría viajado a Canadá para asegurar una casa valorizada en más de 600 mil dólares, gestionada con contratos irregulares desde la agregaduría militar con empresas estadounidenses. Incluso, obras como el hangar de LP presentan serias observaciones: de los 3 millones de dólares entregados por los americanos, solo se ejecutaron 600 mil, canalizados mediante una empresa fantasma que sirvió para engordar los bolsillos de los mismos altos mandos.
La historia se repite: una Fuerza Aérea debilitada por sus propios generales, en donde los ascensos se compran, las denuncias se archivan, y el mérito se sacrifica en nombre de la corrupción.
Jéssica Tapia, asesora académica de la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle - La Cantuta, se ha convertido en colaboradora eficaz de la Fiscalía, revelando una trama de corrupción académica que compromete directamente a oficiales del Alto Mando de la Fuerza Aérea del Perú (FAP).
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Jéssica Tapia, asesora académica de la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle – La Cantuta, se ha convertido en colaboradora eficaz de la Fiscalía, revelando una sofisticada red de corrupción académica que compromete directamente a oficiales del Alto Mando de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). Según sus declaraciones, títulos de licenciatura, maestría y doctorado fueron falsificados o emitidos de manera irregular, permitiendo a oficiales inflar puntajes y acceder ilegalmente a ascensos, agregadurías y beneficios económicos, en abierta violación de los principios meritocráticos de la institución. Estas prácticas, lejos de ser casos aislados, habrían sido toleradas e incluso avaladas por altas autoridades militares, incluyendo al general Chávez Cateriano.
Lo más alarmante es que la Fiscalía ya cuenta con audios comprometedores donde operadores académicos coordinan la entrega de “cartones” apócrifos a oficiales que buscaban consolidar su carrera sin esfuerzo académico alguno. Entre los implicados figura el coronel FAP Manfred Rondón, señalado como principal operador interno encargado de gestionar y facilitar dichos títulos falsos para su propio beneficio y el de sus allegados. En los próximos días, la colaboradora eficaz pondrá a disposición del Ministerio Público los medios probatorios que confirman esta trama, entre ellos documentos, registros y comunicaciones, lo que podría abrir una nueva ola de investigaciones y sanciones por fraude académico y corrupción en el seno de la FAP.

De acuerdo con la información oficial registrada en la SUNEDU, los títulos y grados académicos del coronel FAP Manfred Wilmar Rondón Llaza presentan serias inconsistencias que ponen en duda su legalidad. Según los registros, el diploma de maestría en Administración y Dirección de Empresas fue emitido recién el 21 de abril de 2017, pese a que las fechas de matrícula y egreso consignadas corresponden a los años 2013 y 2013-2015 respectivamente. Lo más grave surge al revisar el grado de doctor en Ciencias de la Educación otorgado por la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle – La Cantuta, pues la constancia señala que la matrícula al doctorado se inició en marzo de 2017, cuando aún su título de maestría no había sido emitido oficialmente, lo que contraviene el marco legal vigente.
La normativa peruana establece de manera expresa que para acceder a un programa de doctorado es requisito indispensable contar previamente con el grado de maestro debidamente registrado en SUNEDU. En consecuencia, resulta jurídicamente imposible que Rondón Llaza haya podido iniciar estudios doctorales antes de obtener la resolución oficial que le otorgaba el grado de maestría. Estas incongruencias en las fechas no solo restan validez a la secuencia académica registrada, sino que abren la puerta del fraude documental y falsedad ideológica, delitos que deberán ser esclarecidos por el Ministerio Público y las instancias competentes.
Altos mandos bajo sospecha
Las primeras investigaciones indicarían que varios generales, coroneles y comandantes de la FAP obtuvieron de manera fraudulenta sus maestrías y doctorados gracias a esta mafia académica. La gravedad del asunto no solo compromete la legalidad de sus títulos, sino que pone en cuestión la legitimidad de sus ascensos y permanencia en el servicio activo.
De confirmarse los delitos:
- Todos los ascensos basados en títulos apócrifos serían declarados nulos.
- Los oficiales involucrados deberían ser pasados al retiro inmediato.
- Abren procesos penales por los delitos de falsedad ideológica, fraude académico, corrupción de funcionarios y asociación ilícita para delinquir.
La vergüenza institucional
Este nuevo escándalo amenaza con desacreditar aún más a la FAP, institución ya golpeada por denuncias recientes de direccionamiento de contratos, desvío de presupuestos y agregadurías diplomáticas entregadas por favoritismo.
La población exige una investigación exhaustiva y sanciones ejemplares: el respeto a la carrera militar y la dignidad del uniforme no pueden seguir siendo pisoteados por quienes deberían ser ejemplo de honor y servicio a la patria.
Mientras tanto, Jéssica Tapia, armada de documentos, audios y nombres, ha puesto a temblar los cimientos de la cúpula militar, en un caso que podría convertirse en el mayor escándalo de corrupción académica y militar en la historia reciente del Perú.
y miren nada mas, donde recibió su doctorado este señor, si nunca asistió a clases --- ojo ello ya se advirtió en una publicación anterior https://cazandoalcorrupto.blogspot.com/2025/03/doctorado-y-maestria-de-coronel-fap.html