CATETO Y SU AMORIOS DISQUE CALETAS
En los pasillos donde se cuecen las intrigas de uniforme y grados dorados, todos saben —pero nadie dice— que don Rondón es el que afloja el billete para mantener a las “sufis” en un discreto mutis. Una está refugiada en Arequipa, la otra escondida en Seman, como si fueran piezas de colección resguardadas en un museo clandestino.
El Coronel Chávez, señor de Mantenimiento, no puede hacerse el loco: él recibía órdenes directas de Rondón para mantener el secreto bien guardado, con candado y bajo siete llaves. Pero como en toda buena comedia de enredos, aparece Pera Pavel, que ahora anda de tapadera oficial, cumpliendo la orden de no mostrar nada. La jugada es clara: que nadie se entere de qué “cateto” metió la pata y la embombó.
Al final, este sainete parece más bien una zarzuela castrense, donde los mandos reparten silencios a billetazos, las piezas se esconden en provincia y en hangares, y los testigos callan bajo consigna. Porque, como diría el cronista malicioso, “en la milicia no hay secretos, solo bolsillos bien aceitadas con el lubricante de siempre: el dinero”.
Eres peligroso!! como tienes tanta información, de todos y de todo
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