Vistas de página en total

lunes, 6 de octubre de 2025

LA NARIZ DE LAS HIJAS DE CATETO VALEN EL GRADO DE GENERAL - MEDICO BUSTAMANTE MEJIA CESAR CELEBRA!!

 

Irregularidades en la FAP: Una sátira profunda sobre la corrupción

En un rincón poco iluminado de la FAP, donde las estrellas no brillan y los ideales parecen haber tomado un vuelo hacia destinos lejanos, nos encontramos con una historia que apenas puede ser contada sin una pizca de ironía. El Coronel Médico Bustamante, un hombre que ha llevado la medicina a un nuevo nivel de “creatividad”, se ha convertido en el epítome de la irregularidad.

La nariz de las hijas de los generales

En un acto que podría considerarse una farsa digna de un teatro de lo absurdo, el Coronel se ha visto inmerso en un escándalo que trasciende lo meramente ético. ¿Qué mejor manera de ascender que operando las narices de las hijas del Comandante General? Con el dinero de los aportantes del IAFAS, este “médico” ha transformado quirófanos en salones de belleza, mientras el resto de los médicos se preguntan si alguna vez hubo un juramento hipocrático en su vida.


Ascensos a la vista

Pero, ¿quién necesita meritocracia cuando tienes conexiones? Mientras el Coronel se prepara para su próximo ascenso, los ecos de su sobrepeso severo resuenan en los pasillos del hospital FAP. Aparentemente, en la FAP, el peso se mide por la influencia, no por la salud. Y aunque su figura podría ser un buen tema para un desfile de obesidad, su capacidad para operar —aunque sea al margen de la ética— parece ser la única medida de su valía.

La competencia y la venganza

No hay que olvidar al doctor Santivañez, quien se convirtió en la víctima de esta saga de rivalidades. Su carrera se desmoronó bajo el peso de la competencia desleal de Bustamante, quien no solo operaba por debajo de la mesa, sino que también se aseguraba de que su rival no tuviera oportunidad de brillar. Un verdadero maestro del sabotaje, aunque quizás su talento más destacado sea la habilidad para evadir la justicia.


Consultorios y colas

Mientras tanto, en la Clínica Internacional, Bustamante continúa su práctica en horarios laborales, ignorando las largas colas en la otorrinolaringología que podrían beneficiarse de su atención. Pero, claro, si un general se presenta, el Coronel se convierte en un rayo, corriendo hacia el llamado, como si su vida dependiera de ello. La ética médica, al parecer, es un lujo que pocos pueden permitirse.

Es hora de que la FAP y sus altos mandos se miren al espejo y se pregunten hasta cuándo permitirán que la corrupción y la ineptitud dominen sus filas. La historia del Coronel Médico Bustamante no es solo una sátira de las irregularidades en la FAP; es un llamado a la reflexión sobre la moralidad, la ética y el verdadero propósito de la medicina. ¿Hasta cuándo se permitirán estas atrocidades en nombre de la “honorabilidad” militar? La respuesta es tan elusiva como las narices que se han operado sin razón.

1 comentario:

  1. Verguenza total, todos los años bajan sobre todo a tecnicos por sobre peso severo del proceso de ascenso, este señor .... quien lo pesa pues....para ascender hay que ser un arrastrado

    ResponderEliminar