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lunes, 2 de diciembre de 2024

AGRESOR SEXUAL EN LA FAP: MAYOR FAP LOO ES DENUNCIADO POR SUBOFICIAL Y CIVIL POR TOCAMIENTOS INDEBIDOS Y HOSTIGAMIENTO

MONSTRUO AGRESOR SEXUAL EN EL HOREN DEL NORTE Denuncias graves de abuso y hostigamiento en el Hospital Regional del Norte: ¿Quién pone orden en la FAP?

En el Hospital Regional del Norte (HOREN), bajo la dirección del Mayor Loo, se han destapado serias acusaciones de agresión sexual y hostigamiento laboral que no solo empañan la imagen institucional de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), sino que también exigen una respuesta contundente y ejemplar por parte de las autoridades.


Un escándalo que no escarmienta

El Mayor Loo, director del HOREN, enfrenta dos graves denuncias. Por un lado, está bajo investigación por tocamientos indebidos a una suboficial. Este caso, aún en proceso, ya había generado preocupación dentro de las filas de la FAP. Sin embargo, la situación se agrava con una anterior denuncia: una empleada civil había señalado al Mayor Loo, por hostigamiento laboral, acusándolo de haber rechazado reiteradamente su documentación y de crear un ambiente hostil en su contra.

Un examen que cruzó los límites

Según la denuncia, los hechos ocurrieron cuando el Mayor Loo, aprovechándose de su posición como médico y superior jerárquico, realizó un examen físico a una suboficial. Durante el procedimiento, habría bajado abruptamente la ropa interior de la víctima más de lo necesario, tocando sus partes íntimas de manera indebida - Es más ella puso su mano para impedir y el aún así lo hizo. Este acto no solo constituye un abuso de poder, sino también un ataque directo contra la dignidad y los derechos de la suboficial.

Cabe mencionar, que el personal militar y civil del sexo femenino, esta indicando que el mayor tiende a realizar ese tipo de tocamientos, justificando que es gastroenterólogo, muchas de ellas estan dispuestas a acusarlo, en vista que en su momento callaron por miedo a represalias, ya que al igual que la suboficial victima hozo la denuncia dentro de la institución y nadie actuó ante este flagelo, tuvo que acudir a la policía.

Recuerden, ese enfermo no puede tocar su prenda intima, en un examen medico, el no puede tocar sus partes intimas o cercanas a ellas, debe estar en compañía de una enfermera o técnica cuando realice una atención medica que requiera este procedimiento.

Este es un estándar ético y legal que protege la dignidad y la privacidad del paciente durante un examen médico. Es importante cumplir con los protocolos y garantizar que siempre haya un acompañante presente, especialmente en situaciones que impliquen la revisión de áreas íntimas o sensibles. Esto no solo protege al paciente, sino también al profesional médico, asegurando transparencia en el acto médico. 

La confianza quebrantada

Lo sucedido no solo afecta a la víctima, sino también a la integridad de la FAP como institución. Los procedimientos médicos en el ámbito militar deben estar guiados por el respeto y la ética, y lo ocurrido pone en evidencia una grave falta de profesionalismo y humanidad.

La denuncia ha desatado una ola de indignación tanto dentro como fuera de las filas de la FAP, exigiendo respuestas inmediatas y acciones concretas para proteger a las mujeres que prestan servicio en esta institución.

Esta situación ha llevado a que dos policías y un abogado llegaran a las instalaciones del HOREN para interrogar al Mayor Loo, lo que evidencia la magnitud de las acusaciones ya que este ha sido denunciado en estos precisos momentos. A raíz de la vergüenza pública y la tensión generada, el jefe de la base tomó la decisión de otorgar franco a los militares del hospital desde las 2 p.m., evitando mayor exposición de la institución.  quiere tapara la cochinada


El papel de la Capitán Arrunátegui: ¿cómplice o manipuladora?

La Capitán Arrunátegui, señalada como una figura influyente y autoritaria en el HOREN, también ha sido cuestionada. Según testimonios, su actitud impositiva y su aparente favoritismo hacia un grupo selecto de personas han creado divisiones internas. Esta capitán, conocida por usar su uniforme con zapatillas rosadas, es acusada de dictar las decisiones al Mayor Loo, al punto de convertirlo en un "títere" de sus intereses.

Entre las críticas hacia Arrunátegui se destaca su supuesta falta de disciplina: llega tarde, se retira temprano y, en algunos casos, ni siquiera asiste a trabajar. Sin embargo, ha sido implacable al sancionar a otros militares y a tratar con desdén a quienes no pertenecen a su círculo cercano.



¿Protección a los agresores y represalias contra las víctimas?

La situación se torna aún más indignante con las denuncias de represalias. Según fuentes internas, se estaría buscando dar de baja a la suboficial que denunció al Mayor Loo y despedir a la empleada civil que lo acusó de hostigamiento. Este tipo de prácticas no solo perpetúan la impunidad, sino que también desincentivan a otras víctimas de alzar la voz contra los abusos.

Manipulación y abuso: las facturas de un liderazgo cuestionable en el HOREN

El caso del exmayor Muchotrigo, quien terminó dado de baja tras una serie de incidentes bajo su liderazgo, parece haber dejado una lección no aprendida en el Hospital Regional del Norte (HOREN). Hoy, el actual director, el Mayor Loo, enfrenta un panorama sombrío que no solo expone sus propias decisiones erráticas, sino también una aparente manipulación por parte de la Capitán Arrunátegui.

El costo de un liderazgo influenciado

Muchotrigo, recordado por su gestión llena de conflictos y denuncias, cayó en desgracia debido a su supuesta incapacidad para manejar las tensiones internas y externas, muchas de ellas ligadas a decisiones que parecían no ser propias, sino dictadas por terceros. Ahora, esa historia parece repetirse con el Mayor Loo, quien se encuentra en el ojo de la tormenta por graves acusaciones de tocamientos indebidos y hostigamiento laboral.

Según voces internas, el Mayor Loo estaría actuando bajo la influencia de la Capitán Arrunátegui, señalada como la verdadera figura de poder en el hospital. Con su estilo autoritario y favoritismo descarado hacia ciertas personas, Arrunátegui habría llevado al actual director a cometer decisiones que han terminado por erosionar su liderazgo y credibilidad.

Una factura que llega con intereses

Las denuncias en contra del Mayor Loo no solo son un reflejo de sus acciones, sino también de un ambiente tóxico donde la manipulación y la falta de profesionalismo parecen ser moneda corriente. El caso de Muchotrigo demuestra cómo una cadena de malas decisiones y una subordinación ciega a influencias negativas pueden terminar en una caída estrepitosa. Ahora, Loo parece enfrentar el mismo destino, con un agravante: la denuncia pública y la intervención policial que hacen que este escándalo trascienda los muros del HOREN.

¿Qué viene después?

La situación exige una respuesta contundente de las autoridades superiores de la FAP. Los patrones de abuso, la manipulación interna y las represalias contra las víctimas no solo deben ser investigados, sino también erradicados de raíz. La caída de Muchotrigo fue un precedente, pero no parece haber disuadido a quienes hoy repiten los mismos errores.

Si la Fuerza Aérea del Perú desea mantener su integridad y confianza pública, es fundamental que tome medidas ejemplares contra quienes abusan de su poder y permiten un ambiente laboral degradante. El caso del Mayor Loo y la Capitán Arrunátegui es una prueba de fuego para la institución, que no puede permitirse otra mancha en su historial. Las víctimas merecen justicia, y la sociedad exige una FAP que actúe con firmeza, transparencia y en defensa de sus principios fundamentales.

Un llamado al General Palacios

La comunidad espera que el General Palacios tome cartas en el asunto con la firmeza y la transparencia que esta crisis exige. No se trata solo de sancionar a los responsables, sino de proteger a las mujeres afectadas y garantizar que la FAP recupere la confianza de sus integrantes y de la sociedad.

La Fuerza Aérea del Perú tiene la oportunidad de demostrar que no tolera el abuso de poder ni la violencia contra la mujer. La justicia, la igualdad y la disciplina deben ser pilares inquebrantables dentro de la institución. Las víctimas merecen ser escuchadas, y los responsables deben ser sancionados ejemplarmente para erradicar de raíz este tipo de comportamientos indignos.

Se hace un llamado a las autoridades pertinentes, para que este monstruo sea procesado y le caiga todo el peso de la ley.